Cuando un hombre “ama” a una mujer

El maltrato es la mayor causa de lesiones a las mujeres; prevalece incluso sobre los asaltos o los accidentes de coche. Frente a esta realidad, de la que también forma parte Torrelodones, cabe plantearse que todos, ellas y ellos, la sociedad en la que vivimos y la educación, somos responsables.
“La violencia de género es la manifestación de poder que tiene el hombre por ser hombre hacia la mujer por ser mujer”, afirma Rosa Pedromingo, presidenta de la Asociación Mujeres Progresistas de Torrelodones.

De las 53 víctimas mortales que a día de hoy recoge el Ministerio de Igualdad y Política social, 35 eran españolas y tan sólo 14 habían denunciado. “Hay muchos pasos previos hasta el momento en el que una mujer se da cuenta de que está sufriendo violencia de género y decide denunciar o buscar ayuda”, afirma la psicóloga de la Mancomunidad de Asuntos Sociales THAM de Torrelodones. Pero para que la mujer decida poner una denuncia, es importante que sepa que es el primer paso para una protección legal. Según informan desde la Concejalía de Seguridad del Ayuntamiento, desde el momento en el que se recibe la llamada de auxilio y se activa el protocolo de actuación, el objetivo es proteger
a la mujer. “Nosotros recomendamos llamar y denunciar lo antes posible, pues es común que tras el fervor de una situación violenta, la mujer decida no llamar”.

Por su parte, María José Bueno, psicóloga de área de violencia de género de la Federación de Mujeres Progresistas declara que “hay mujeres que aguantan la situación de violencia por sus hijos y aseguran que ellos no saben lo que pasa en casa. Sin embargo, es imposible mantener oculta una relación tan desigual.

Por ellos precisamente tienen que acabar con la situación”. “Hay que proteger al menor del maltrato porque aprende modelos y los normaliza”.

De las 53 víctimas, nueve solici taron medidas de protección y aunque todas la obtuvieron, se produjeron siete quebrantamie tos, dos de ellas con consentimiento de la víctima. Ante esto, el Tribunal Supremo es claro: la medida de alejamiento no puede ser perdonada por la mujer, y el hombre que la incumple, aunque sea por deseo de ella, suele ingresar en prisión por un delito de quebrantamiento de medida cautelar.

Perfil del agresor
Cuando hablamos de violencia de género nos referimos exclus vamente al maltrato del hombre hacia la mujer, y no hacia el otro sexo. ¿Qué lleva a un hombre a cometer una agresión?.

Miguel Lorente Acosta, médico forense especializado en violencia de género afirma que “el agresor actúa con pleno conven cimiento de que lo que está haciendo está haciéndolo por un bien superior al daño que produ ce”. Es decir, el agresor es cons ciente de que está produciendo un daño a la mujer, pero para él el beneficio que produce esa violencia es superior a ese daño.

Según la psicóloga de la THAM “la intención del hombre es dominar a la mujer coartándola la libertad porque siente dañada su masculinidad”. Empieza así el
llamado Ciclo de la violencia. Y es que la violencia contra las mujeres no surge de la nada, o de un día para otro, sino que se va construyendo.

Ciclo de la violencia
Sobre una situación de no violencia, va produciéndose un aumento progresivo de la violencia en forma de control, de cuestionamiento, de intimidación, de limitación, de restricción... va cuestionando y criticando sus gustos, sus amistades, sus hobbies; lo que va minando la autonomía, la independencia, la libertad de la mujer. La intensidad de cada ciclo de violencia obedece a que el agresor siente que va perdiendo “control” sobre su víctima y necesita demostrar poder.

El ciclo consta de una primera fase que llamamos tensión, y se da cuando surgen eventos externos que causan la impotencia y la frustración del agresor. Durante una segunda fase que llamamos estallido, se acumula tensión y el agresor decide reaccionar contra su pareja mediante el abuso verbal, insultos y/o acusaciones, ataques físicos o ataques sexuales violentos.

Finalmente, y tras la agresión, se produce la fase de arrepenti miento llamada luna de miel. El agresor trata de mostrar su arrepentimiento siendo cariñoso. Puede también adoptar un rol de víctima para manipular a su pareja. De esta manera, el agresor persigue justificar su reacción. Busca minimizar lo sucedido a través de culpar a otros que, en la mayoría de las veces suele ser la misma victima, haciéndola sentir la razón principal por la que él estallara: “Tú me provocas”; “si no hubieses dicho o hecho esto” son frases comunes que utiliza el agresor como mecanismo de defensa y justificación ante su reacción. La victima por su parte empieza a creer esta interpretación y a atribuir al agresor aspectos que ayudan a negar la realidad (“el me quiere”, “el está teniendo problemas”).

Desde Asuntos Sociales afirman que “cuando la mujer se da cuenta de la situación de violencia por la que está pasando, ya no tiene herramientas para romper la relación. Las mujeres rompen cuando pueden, no cuando quieren. No nos han enseñado a mirarnos a nosotras mismas”. Y ese es precisamente el trabajo de la psicóloga: “que se den cuenta de dónde están y dotarles de las herramientas para que se acabe la violencia: devolverles la autoestima y la seguridad”.

Anatomía de la víctima
En un estudio del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de La Laguna, la investigadora Pilar Matud afirma que la edad en que las mujeres suelen ser maltratadas oscila entre 13 y 54 años y lo más común es que la violencia comenzase el primer año de la relación, aunque en muchos casos sucedía a partir de la boda, el embarazo o el nacimiento de los hijos. El número de años de maltrato sufridos se encuentra entre uno y cuarenta y tres, aunque la mitad habían sido maltratadas durante más de ocho años.
¿Nos han educado a las mujeres para aguantar?. En palabras de la psicóloga de la THAM, “no es que aguanten; es que no pueden salir porque se han quedado sin herramientas”.“Las mujeres res pondemos a lo que se espera que respondamos socialmente”. Este año, de las 53 víctimas, 12 eran menores de 30 años, 13 menores de 40, y 12 oscilaban los 50. “No hay un perfil, toda mujer es susceptible de sufrir violencia de género por ser mujer”. En cuanto a Torrelodones, “la violencia está mas encubierta socialmente y la edad oscila los 40 años pero hay mujeres de 17 y de 70. En el 50 por ciento de los casos existe violencia física, y en todos, psicológica.

El perfil adolescente
De momento en las cifras se “sal van” las adolescentes pero hay que estar alerta. Sobre todo si tenemos en cuenta la tendencia de éstas a entender el sufrimiento del otro, o los celos como “señal de amor”. La violencia física es claramente identificada por ellas, pero no así la psicológica.

En un estudio realizado por la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Violencia de Género en el que han participado más de 800 jóvenes de entre 14 y 19 años, se extraen conclusiones que manifiestan el peligro del mal uso de las redes sociales, tan habituales en las relaciones personales de los más jóvenes y que traen como consecuencia violencia psicológica. Algunas parejas las utilizan para controlarse. Hay jóvenes que vigilan los contactos y comentarios de sus novias, que leen sus mensajes de texto o que las amenazan a través de Internet.
“A la Mancomunidad de Servicios Sociales vienen algunas adoles centes, pero es cierto que cuando se acercan hasta aquí es que algo fuerte ha pasado porque normalmente no se dan cuenta de que sufren violencia. Viven todo con mucha intensidad”.

Por su parte, Rosa Pedromingo, de la Asociación de Mujeres Progresistas de Torrelodones, afirma que hay que enseñar e informar a los adolescentes tanto desde la familia como desde los centros educativos los síntomas que tienen que reconocer en una situación de violencia de género”. “Desde la asociación, realizamos actividades enfocadas a poner en valor a la mujer, a hacerle ver sus posibilidades en la vida. Y lo hacemos a través de charlas, seminarios, acciones a favor de la mujer y en contra la violencia, cursos, talleres y actividades donde no se excluye a los hombres”.

Y es que cada vez son más los hombres concienciados en que la violencia de género es un problema de ellos y se suman a la iniciativa anti-sexismo, mayoritariamente por influencia y en respuesta a la interpelación de mujeres cercanas, particularmente sus parejas. Es el caso de la Asociación Stopmachismo, de la que forma parte algún vecino torresano, que nace con la idea de implicarse e implicar a otros hombres haciéndoles romper su silencio, pues desde la asociación afirman que todo hombre que calla ante la violencia contra las mujeres es parte del problema. “Es necesario que los hombres la rechacemos dando la cara porque estamos en las mejores condiciones para deslegitimar a los agresores, diciendo públicamente que ser hombres no tiene nada que ver con la violencia hacia las mujeres”.

La otra cara de la moneda
Partiendo de la base de que no es comparable y de que este reportaje se ha tratado con la máxima seriedad y respeto, no es incierto si digo que también existe violencia de la mujer sobre el hombre y que el arma de las denuncias falsas en proceso de separación y divorcio no es nada nuevo ni exclusivo de nuestro país.

Hay letrados en Madrid que aseguran que “hay muchas mujeres que frivolizan con el tema de malos tratos, sobre todo inmigrantes, y tratan de hacer daño al denunciado en falso y sacar provecho económico sobre todo si hay niños de por medio”.

Blanca Estrella Ruiz, presidenta de la Asociación Clara Campoamor, que trabaja en pro de los derechos de las Mujeres y de los niños y niñas, afirma que "Hay que perseguir cualquier denuncia falsa de maltrato, porque el daño que hacen a las víctimas es tremendo”.

Si cada 15 segundos una mujer es maltratada, aproximadamente 20 han sido humilladas en lo que se lee este artículo. “Hay que educar en la igualdad y la autonomía tanto a los hombres como a las mujeres, para que aprendan a tener una relación sana, de crecimiento personal para los dos”, concluye Maria José Bueno, psicóloga de la Federación de Mujeres Progresistas de Madrid.

Si se trata de violencia no frivolicemos. Las leyes podrán fijar los principios capitales; pero de poco han de valer tales requisitos fundamentales si a ello no se añade la repulsa de todos los agentes socialiadores; y como decía Isaac Asimov, escritor y Bioquímico estadounidense “la violencia es el último recurso del incompetente”.